Bienvenidos los libres en las letras.

En esta página Web compartimos novedades literarias, actividades artísticas, poemas, fotos, rescatamos poemas de la extinta A media Voz; 

pero por sobre, todo tratamos de llenarnos el alma de sueños.

 

Ultraísmo: La Vanguardia olvidada

09.06.2014 10:00

Mientras buscamos o estudiamos las Corrientes Literarias, más específicamente las Vanguardias, difícilmente nos encontramos con una de los movimientos literarios que resulto determinante para el desarrollo de la literartura Latinoamericana y para permitirle salir del paradigma del Modernismo propuesto por Rubén Darío y el cual imperaba en nuestras formas de escritura; como lo fue el Ultraísmo. El cual ,aunque nacido en España, tiene como uno de sus máximos representates a el argentino: Jorge Luis Borges. Precisamente fue él mismo quien se encargó de manifestar el objetivo y sintetizar las principales características de éste en el siguiente manifiesto:

  1. Uso de la metáfora.
  2. Tachadura de las frases medianeras, los nexos y los adjetivos inútiles.
  3. Abolición de los trebejos ornamentales, el confesionalismo, la circunstanciación, las prédicas y la nebulosidad rebuscada.
  4. Síntesis de dos o más imágenes en una, que ensancha de ese modo su facultad de sugerencia.
  5. Imágenes y metáforas chocantes, ilógicas, donde destacan el mundo del cine, del deporte, del adelanto técnico: "Los motores suenan mejor que endecasílabos" (Guillermo de Torre).
  6. Tendencia a establecer una disposición tipográfica nueva de las palabras del poema, pretendiendo de ese modo hacer ver una fusión de la plástica y la poesía.
  7. Neologismos, tecnicismos y palabras esdrújulas.
  8. Eliminación de la rima.

La mayoría de las publicaciones Ultraístas fueron hechas en las revistas: Prisma, Proa, Nosotros y Martín Fierro. Tambien se puede anotar la afinidad existente entre el Creacionismo del Chileno Vicente Huidobro y el Ultraísmo por su propensión a la visualidad de las palabras organizadas particularmente, muy parecido a los Caligramas.

 

Remordimiento por cualquier muerte
 
Libre de la memoria y de la esperanza,
Ilimitado, abstracto, casi futuro,
El muerto no es un muerto: es la muerte.
Como el Dios de los místicos,
De quien deben negarse todos los predicados,
El muerto ubicuamente ajeno
No es sino la perdición y ausencia del mundo.
Todo se lo robamos,
No le dejamos ni un color ni una sílaba:
Aquí está el patio que ya no comparten sus ojos,
Allí la acera donde acechó sus esperanzas.
Hasta lo que pensamos podría estarlo pensando él también;
Nos hemos repartido como ladrones
El caudal de las noches y de los días.
 
Jorge Luis Borges.

Instante 

Ya sabemos que la rosa

es aroma de la espina

y que el consuelo lo forja

el dolor que nos destruye.

Pero sabemos también

que un triste fulgor nos sueña

caminando sin destino

por donde no existe polvo

para trazar un camino.

 
Éste es un poema de uno de mis escritores favoritos: Héctor Rojas Herazo. Un escritor que incursiona en su época con la invención de un mundo original y propio. Algo que tal vez ahora suena repasado dado el despliegue del Realismo mágico y del Boom Latinoamericano, pero que para su período de publicaciones significó algo realmente asombroso. Y es que Héctor representa el desencanto del hombre, incluso con sigo mismo. Su manera de narrar es una afirmación del ser en todas sus dimensiones, más específicamente desde su fisiología corporal. El hombre es barro. Aun así hay una mágia y una luz trascendental escondida entre toda la miseria de los dias. La narrativa de Rojas representa el inicio del Realismo mágico de una manera descarada, atrevida y sin tapujos; la negación del eufemismo, la crudeza de vivir dia a dia, en las cosas cotidianas, como si todo estuviese condenado a un sopor infinito, a podrirse o a respirar el verano con toda su furia. Ese es Héctor Rojas, uno de los más grandes artistas de Colombia; uno de los mas olvidados.